Eduardo Aguilar

El torneo ya comenzó y América, a diferencia de otros torneos, no se postula como el principal contendiente a ganar el título. Claro que para un club que tiene dicha historia y vitrina, siempre habrá aunque sea un mínimo de expectativas. 

Para 2020 las águilas no inician como aquellos rivales a vencer, aunque nunca se les puede descartar en la pelea por el campeonato. Este equipo se encuentra en situaciones complicadas, que sin duda, mermarán su desempeño a lo largo de las campaña. 

Primero, las bajas: el pilar fundamental Guido Rodríguez se fue al Real Betis para cumplir el sueño europeo; Roger Martínez, quien por su insistencia de salir del club, fue tachado por Miguel Herrera; Nicolás Castillo quien perderá actividad por la reciente trombosis que sufrió. Ellos son elementos que pueden marcar una diferencia en el terreno de juego y que hoy, el equipo no puede contar con ellos. 

Segundo, no existió una planificación integral por parte de la directiva respecto a los fichajes; tanto Sebastián Cáceres como Leonardo Suárez no fueron la primera opción del América para reforzar el plantel, como quizá sí lo era la posible incorporación de Christian Calderón o el peruano Renato Tapia. Y a esto se añade que, tanto Luis Fuentes como Jesús Escoboza, no son precisamente los jugadores que necesitaba el club. 

Tercero, las formas importan; los jugadores ni el técnico o pueden esperar que la camiseta gane todos los encuentros. Sí, el América tiene una mística diferente a los demás clubes, pero eso no siempre va a funcionar. Necesitan crear nuevas formas de juego, algo más asociativo y menos individualista; es decir, evitar la dependencia que recae en la explosividad de Renato Ibarra, en la enjundia de Henry Martín, o en la habilidad de Federico Viñas, porque ya ni siquiera el balón parado es una fortaleza para los azulcremas.

América nunca dejará de ser candidato, pero a día de hoy no es el favorito ni por su plantel, porque los del ha trabajado por plantillas muy poderosas;  ni por la forma en la que juegan porque cuando la adversidad aparece no existen tácticas que las reviertan; ni por el trabajo técnico que ha hecho Miguel Herrera, quien a dejado mucho que desear.

Sin duda será un torneo complicado, pero el América nunca se debe dar por muerto, porque entre menos se espera de ellos, más sorpresas regalan; tanto para sus aficionados como para aquellos que odian el azul y el amarillo. 

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