Por: Erick Aguirre

El pasado miércoles, la franquicia de Nationals (Que antes era “Expos de Montreal”) y desde 2005 se mudaron a Washington, logro su primer título en la “Serie mundial”, ganando en siete juegos a los Astros de Houston, en una serie que quedara marcada en la historia, pues fue la primera donde todos los partidos los gano el equipo visitante.

Las expectativas al principio de la temporada eran muy pocas, pues se había ido uno de sus mejores peloteros, Bryce Harper, que era uno de los estandartes del equipo y parte fundamental del line-up. Además de esto, se encontraban en una de las divisiones más parejas de la liga nacional, la división “este”, donde esta con equipos como Atlanta y Philadelphia.

El inicio de la temporada fue bastante malo, donde incluso se ponía en duda el puesto de Dave Martínez, manager del equipo. A finales de mayo, la novena tenia record de 19-31, era uno de los peores equipos de la liga y las probabilidades para que llegaran a la postemporada eran de 3.4% y de ganar la serie mundial eran menos de 0.1%. Después de esta mala racha, lograron escalar posiciones en el standing, logrando ganar 74 y perdiendo solamente 38 y terminando con un record de 93-69.

La inercia positiva que lograron al final de la temporada les permitió llegar al juego de comodín donde se enfrentaron a Milwaukee, en un partido sumamente emocionante y que se terminó definiendo con un imparable de Juan Soto en la parte baja de la octava entrada, los Nationals lograron acceder a la serie divisional por pizarra de 4-3.

Ya en esta serie, se enfrentaron al mejor equipo de la liga nacional, los Dodgers, donde en cinco partidos, lograron vencer al equipo angelino y una de las claves de este duelo fue el bateo oportuno por parte de los capitalinos, pues peloteros como Kendrick o Rendón impulsaron cinco carreras que fueron fundamentales para llevarse la serie.

En la serie de campeonato el rival a vencer eran los Cardinals, los cuales fueron barridos en cuatro juegos. Ahora la clave de este triunfo fue el pitcheo, donde los lanzadores lucieron muy dominantes y tres de los cuatro serpentineros que abrieron trabajaron siete o más entradas.

Para la serie mundial se iban a enfrentar ante uno de los mejores equipos de la MLB, los Astros. Los Nationals sorprendieron los primeros dos partidos en el Minute Paid Park, cuando ganaron esos duelos. Ya en Washington, donde parecía que los capitalinos iban a lograr la hazaña, Houston consiguió los tres partidos de visitante y se pusieron a un juego de llevarse la serie. De regreso al parque de los Astros, el bateo oportuno, así como el dominio en el pitcheo apareció por parte de Nationals y con esto se llevaron su primer título de MLB.

La gran hazaña de Washington fue siempre venir de atrás, desde la temporada regular que se encontraba en cuarto de su división a finales de mayo e igual en playoffs, que nunca fueron los favoritos y cuando estaban detrás de la pizarra, lograban darle la vuelta, todo esto, aunado a su corta historia y que apenas ante los Dodgers lograron ganar su primera seria de playoffs en la historia. El ejemplo de los nuevos campeones nos demuestra que se puede armar un equipo competitivo con los jugadores que se tienen y sacar su potencial para convertirse en campeones.