Por: Israel Castro

México volvió a ganar la Copa Oro, demostrando su poderío y hegemonía sobre el resto de rivales de la CONCACAF, la afición mexicana debe de estar contentísima ya que con la obtención de este título el conjunto azteca se afianza como el máximo ganador de dicha competición con ocho títulos pero, ¿a qué costo?

A renunciar a competir contra selecciones que cuentan con mucho más nivel que tu, a quedarte en tu zona de confort contra rivales que nunca estarán a tu nivel en una zona en la que eres el consentido por ser el que más vende, a sobreponer lo económico ante lo deportivo provocando que el nivel de futbol mexicano se estanque, a tener un fogueo super nulo durante cuatro años midiéndote contra equipos de medio pelo y amistosos que realmente no aportan nada de cara a una tan ansiada Copa del Mundo.

Podría darles muchísimas más consecuencias de preferir asistir a la Copa Oro en lugar de la Copa América pero esta columna sería eterna.

La afición mexicana se siente frustrada, traicionada, decepcionada e impotente al ver que los altos mandos de la Federación rechacen las competiciones importantes sin ninguna razón lógica, más pensando a futuro, que sin duda esta acción traerá repercusiones muy negativas en el futbol mexicano. Pero no hay que preocuparnos, ganamos de nueva cuenta la Copa Oro, deberíamos de estar contentísimos…al menos eso es lo que la FMF piensa.