La «Jaiba Brava» cimbra la zona sur de Tamaulipas.

Tampico Tamaulipas, a 16 de diciembre de 2020.- Luego de 26 largos años, la ciudad de Tampico vuelve a vivir una final de liga de ascenso y, pese a que en esta ocasión el premio de cambiar de categoría no se hará válido, a los aficionados fieles a la «Jaiba Brava» no les impide vivir el sueño de un título.

Mucho se le ha criticado a la parcialidad «jaibo maderense» por celebrar con júbilo el pase a una final que, de ganar, únicamente representaría una ganancia económica para el club, relegando por completo las aspiraciones deportivas.

Desde que se anunciaron las reglas del nuevo formato de competencia, la afición estalló y con sobrada razón, el hecho de imaginar a su equipo peleando «por nada» no sonaba alentador ni atractivo, pero increíblemente; el aficionado se encontró ahí, pegado al televisor, a las redes sociales; al noticiero deportivo siempre al pendiente de su escuadra.

Y ese fervor y fidelidad se puede constatar en las calles: playeras del club por todos lados, calcas y banderas del escudo en los coches, muros y bardas con pintas alusivas, venta de jerseys oficiales y no oficiales considerables, perfiles en redes sociales referentes al equipo con cientos de interacciones diarias, etc.

Los detractores le llaman conformismo, pero el aficionado tampiqueño desde luego que es inteligente y entiende el contexto: para nada aprueba la abolición del ascenso, pero no por eso le dará la espalda a la posible obtención de un título.

Más allá de la lógica y más allá de la razón, el aficionado jaibo, le entrega al Tampico Madero su vida y corazón, actitud digna de primera división.

La pasión por la «Jaiba Brava» plasmada en el muro de un sector de la ciudad.
Un pastel de cumpleaños con el tema del Tampico Madero. El cuadro del sur de Tamaulipas poco a poco recupera su identidad.