Los resultados han maquillado la realidad del ‘Tri’ en los últimos años. Pero, en CONCACAF, si generas nunca pierdes

En cada proceso del seleccionado nacional, la historia suele ser la misma, todo comenzando en la dulzura y con el romanticismo a tope en todas las notas, análisis y críticas. Jamás hay un “pero” que valga y ahora no fue la excepción.

Gerardo Martino logró darle una ‘identidad’ al combinado tricolor en los primeros encuentros, debo decir que hasta a mi me llegó a cautivar con el futbol que desplegaban y eso que me considero un crítico total en los últimos años. Ni Miguel Herrera, ni José Manuel de la Torre y mucho menos el comerciante de humo número uno en el continente, el colombiano Juan Carlos Osorio. Ninguno me inyectó esa sensación de pasión al ver el televisor, cosa que el ‘Tata’ si, en pocos encuentros.

Pero, hay una pesadilla que suele aparecerle al seleccionado nacional llamada “Copa Oro”. Así es, pareciera que, usando el mote (mito) de ‘Gigante de CONCACAF’, nadie en toda la confederación nos tendría que siquiera ver a los ojos, pero vaya que los tiempos cambian.

Ha sido vergonzoso como quienes representan a todo un país en el futbol, son exhibidos y por momentos hasta ridiculizados ante equipos de menor envergadura. Martinica logró hacerse presente en el marcador dos veces y cerca estuvo de empatar el encuentro. Costa Rica llevó hasta el final a México forzando decidir los cuartos de final por la vía penal, en donde, aunque muchos difieran, es un volado; el más claro ejemplo fue este mismo, pues la realidad y lo visto en el cotejo mostraban que la escuadra tricolor sacó la lotería, gracias a ‘Memo’ Ochoa, el mejor portero mexicano… en la actualidad, tampoco se emocionen.

Posteriormente, hace algunos días, llegó uno de los equipos revelación del torneo, como lo fue Haití, e inmediatamente todos recordamos aquel memorable encuentro del preolímpico 2008, donde el ‘Tri’ quedó fuera de Beijing y cerca estuvo de ser eliminado por los caribeños por segunda ocasión.

Solemos vivir cegados por la bandera del patriotismo y ese espejito de que somos los mejores en todo el continente, incluso encontrándonos algunos valientes que, sin temor a nada, aseguran que en las eliminatorias de CONMEBOL la selección pasaría caminando. Bueno, de ellos no espero mucho, si se dejan guiar por partidos amistosos que juegan en ESTADOS UNIDOS, no tendrán la capacidad para entender el hostil ambiente que se vive en Sudamérica cada que todas las selecciones disputan su pase para la Copa del Mundo.

Pero bueno, ya me desvíe tantito… Regresamos al tema principal. Los jugadores parecen tener una especie de hamaca últimamente, pues verse superados por representativos tan limitados, deja mucho que desear. México, para mí, no tuvo ni siquiera que haberse presentado ante Haití. El factor del arbitraje cada vez se hace más evidente y claro está que mientras afecte a los intereses económicos del certamen, seguiremos viendo a la selección nacional pelear por el título en la final. Pasó contra Costa Rica y Panamá en la época del “Piojo” y ahora, ante los humildes haitianos (quienes dejaron toda el alma en el campo), usaron ese fantástico artilugio, el ‘as’ bajo la manga que aparece en los momentos más tenebrosos. Un penal inventado para irnos a dormir y soñar con los dólares…

Antes de finalizar, quiero recalcar la forma tan efusiva de festejar cada gol o clasificación en este certamen específicamente. Soy de la idea de que, el sentimiento de anotar es indescriptible, vamos, hasta marcando en el equipo del barrio te dan ganas de hacer ‘circo, maroma y teatro’, frase que le gustará al ex rojiblanco, José Luis Higuera, supongo. Pero, debe haber una pequeñísima dosis de sentido común que la puedan dotar de realidad. ¿Se debe festejar? Por supuesto, no digo que se aten de manos, pero tampoco elevemos las campanas al cielo, haciendo pensar a nuestros paisanos de ‘Gringolandia’ que la Copa Oro es el Mundial o algo parecido.

Finalmente, tocando el tema del torneo más importante a nivel selecciones, yo, siendo joven en esto, ya aprendí la formula y no les sorprenda que desde ahora se este cocinando una final en el Mundial de 2026 con algún representativo de CONCACAF, digo, hasta el inmortal rapero de barrio que se viralizó lo sabe: “El dinero, es dinero” y ese eslogan debe escucharse bastante en las profundas oficinas de la federación mexicana y norteamericana.