Por: Josué Sánchez Nieto

Don Andrés Morales es un hombre como muchos otros en Victoria: padre de familia de 5 hijos, esposo, abuelo, una persona trabajadora y desde luego, un habido admirador del buen fútbol, que al igual que muchas otras personas en nuestra ciudad, comparte el amor por los colores de Correcaminos.

Me platicaba como hacía los esfuerzos necesarios, para poder asistir con su familia cada semana a los partidos del ave naranja; una de sus anécdotas favoritas, es como hizo lo posible para que su esposa, llevara a sus hijos a tomarse una foto con Richardson Smith y René Mendieta en el Parque de Tamatán… Y como esa historia, hay muchas en el anecdotario de su familia.

Durante nuestra plática, inevitablemente tuvimos que llegar al punto donde hablamos de la humillada (tremenda violación) que le dieron a Correcaminos en Zacatecas; don Andrés, se escuchaba dolido por el resultado, lleno de coraje y hasta un poco incrédulo, la verdad, no lo juzgo, si no lo hubiera visto y me lo hubieran contado, yo tampoco lo hubiera creído de primera impresión.

Y es que es un sentir generalizado amiguitos, creo que nadie, o en su defecto, muy pocos nos esperábamos un resultado como ese y menos en las condiciones que se dio; sabíamos que era un partido que estaba a “tiro de piedra” para cualquiera de los dos equipos, sin embargo, al inicio, Correcaminos saltó a la cancha confiado, sobrado, soberbio; después los vimos desconcentrados, acelerados y sin idea… Ese Correcaminos de hace algunos torneos que veíamos cada semana.

En el partido contra Cafetaleros, tenemos que reconocer que nos faltó concentración y manejo de partido, pues casi se nos viene la noche en los últimos minutos, que, a pesar de haber ganado, nos sudó y gacho.

En el partido contra Mineros, los errores producto de la confianza y la soberbia se vieron desde los primeros minutos y vaya que nos salió caro; el equipo se vio rebasado y exhibido en algunos momentos, tanto así que Roberto Nurse y Rodolfo Vilchis nos aplicaron la ley del ex y no tuvimos capacidad de reacción ni a la ofensiva, ni a la defensiva.

Pero si les soy sincero, yo prefiero mil veces que esta dosis de realidad, de humildad y de “ubicatex” llegue en la Jornada 3 y no en el Clásico Tamaulipeco o peor aún, en la liguilla o algún partido decisivo para llegar a ella; más vale una vacuna a tiempo que una grave enfermedad después… Es preferible que en Correcaminos dimensionen que los objetivos se cumplen trabajando duro el día a día, que no se ganan partidos solo con pararse en la cancha, pero, sobre todo, que comprendan la importancia de la concentración y entiendan que los partidos no terminan, sino, hasta que los pite el árbitro.

Llegamos a uno de los momentos del torneo donde la derrota es inaceptable, este partido se tiene que ganar si o si, no hay más… Correcaminos debe salir a jugar con el alma, con la tradición y sobre todo con el empuje que dará cada alma victorense que asista al partido el jueves; es un duelo donde se juegan más que simples tres puntos, es el orgullo de toda una ciudad… Es la hegemonía del estado y no nos podemos dar el lujo de perder.

En fin, no queda otra cosa más que apoyar al equipo de casa; este es un partido que nadie debe perderse… Los Clásicos Tamaulipecos son una experiencia que todo tamaulipeco debe vivir al menos una vez en la vida, vayamos al Marte y hagámosnos sentir y dejémosle en claro a esos sureños, que en Tamaulipas, manda la capital.

Termino estas líneas primeramente agradeciendo a don Andrés Morales por la plática tan interesante que me brindó, es un honor y un gusto poder compartir con aficionados como él; también, agradezco a mi amigo Richard Vogel, por su apoyo para este proyecto, es una persona que siempre me ha animado e impulsado a seguir haciendo esto.

Y ya se la saben amiguitos, nos vemos el jueves en el estado, insisto ¡¡vayan a la cancha!! Es una experiencia inigualable; y si no tienen donde ponerse, los esperamos con los Judas, entre los Miown’s, tienen un lugar.