Salir de la zona de confort siempre es difícil, aventurarte a nuevos horizontes, nuevas costumbres, e incluso idioma, es todo un reto, pero Guillermo Ochoa decidió dar el gran paso y ser el primer portero mexicano en el viejo continente; después de 8 años y un paso que no cumple las expectativas, regresa a México, vuelve a su casa, el Club América.

Sabemos que el fútbol no siempre es justo, no suele premiar a los mejores, o los más talentosos, y “Memo” es una muestra de ello; su regreso es agridulce. Por un lado nos alegra saber que uno de los mejores porteros en la historia de México regresa, y eso enaltece el nivel de la Liga MX, pero queda la “espinita” de saber que nunca pudo llegar a un grande europeo, cuando claramente tenía las condiciones para hacerlo.

Todos conocemos como sucedió el fichaje con el Ajaccio, que en realidad fue una opción alternativa y prácticamente de emergencia, tras caerse la negociación con el PSG, por el famoso y polémico caso del CLEMBUTEROL de la Copa Oro 2011. “Paco Memo” aceptó ir a un equipo recién ascendido, confiando en  que pronto llamaría la atención y sería fichado por un equipo de mayor calibre. 

Pese a tener increíbles actuaciones, nunca llegó ese equipo de alto renombre en el viejo continente; existían rumores como al AC Milan, pero nunca se concretaron. Después un brillante mundial 2014, donde fue uno de los mejores porteros del torneo, se auguraban buenos resultados en el mercado, y así llegó al Málaga de España, donde fue banca durante su estadía. De ahí al Granada, donde fue titular y descendió, siendo el portero más goleado de La Liga, y es que ¿con ese equipo? Hasta a Casillas o a Buffón le pasaría.

La suerte no cambió después del mundial de Rusia 2018, donde volvió a ser figura con México, pues ningún equipo se animó a ficharle. Regresar al inicio, a México, al América, no es un paso atrás en su carrera, al contrario, es la mejor decisión, pues “las águilas” son el mejor equipo con el que cuenta su curriculum. Es mucho mejor estar en el América que el Granada o el Standar Lieja.

Dicen que no hay portero sin suerte, pero lo de Guillermo Ochoa es una excepción, un portero SIN suerte (o quizás sin un buen agente), pero que le ha tocado “picar piedra”, incluso en selección, donde lo dejaron en la banca cuando debió ser titular (Sudáfrica 2010), pero que pese a ello, no se rinde y sigue intentándolo, sigue con el mismo compromiso. Paradójicamente uno de los porteros más goleados, pero que tiene más atajadas que goles en su heroico historial. 

¡Bienvenido a casa Ochoa!

  • Por Diego De la Vega.

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