Por: Luis San Juan

La historia reciente (o no tan) de Cruz Azul se ha convertido en una bola de nieve que crece al pasar de los torneos en los que sigue sin conseguirse el campeonato de Liga. Cada semestre las expectativas se renuevan para la nación Cementera, e incluso en ocasiones se llegan a fraguar proyectos ambiciosos y prometedores, ya sea por refuerzos, técnicos o directivos.

Este año ha sido todo en conjunto, llegó un Técnico que en Torreón tuvo excelentes resultados, tanto en las formas deportivas como en la obtención de un título, luego Llegó Peláez quien venía de una exitosísima gestión en Coapa y con estos dos personajes llegaron inversiones de muchos Millones de Dólares en jugadores, aparentemente bien invertidos.

La suma de estos factores, más el regreso al Estadio Azteca regresaron a la afición Cruzazulina a las tribunas y todo pareció favorecer al desempeño del equipo que logró un muy buen torneo regular en el Apertura 2018… la Liguilla fue otro cantar, avanzaron con muy poco en cuartos y semifinales, hasta que, fieles a su costumbre, la Cruzazulearon en la serie importante.

El desencanto fue mayúsculo y el golpe anímico pare perdurar hasta 8 jornadas del torneo inmediato posterior. Aunque el público respondió bien al principio de este Clausura 2019, poco a poco se ha alejado de la cancha, las entradas tanto en Liga como en Copa (en donde eran campeones defensores) han ido a la baja hasta llegar al grado de parecer estadio cerrado al público. Obviamente esto no ha sido sólo por la final perdida y los 21 años sin título, sino porque el despliegue futbolístico es cada vez más pobre; así lo refleja el haber conseguido sólo dos victorias hasta ahora.

Por supuesto que el cúmulo de estos factores genera una creciente presión al interior del equipo. Ricardo Peláez ya ha reconocido tener opciones en mente “por si las cosas no salen bien”, algunos jugadores ya han dejado entrever que no están contentos con el cuerpo técnico. Pero quien ya parece una auténtica olla express a punto de ebullición es Pedro Caixinha que ha regresado a su antiguo “yo”.

Temperamento de Forcado

El entrenador Lusitano había estado desconocido en sus dos primeros torneos al frente de la máquina. En su paso por Torreón nos acostumbró a desplantes, encares y aspavientos con prensa y rivales, pero a su llegada a la Noria se mostró como un hombre más paciente y mesurado, hasta bromista en algunas ocasiones, papel en el que se mantuvo hasta que al inicio de la liguilla pasada dejó asomarse al Pedro de siempre.

De Diciembre a la fecha, su incomodidad ha ido in crescendo notablemente y, como político en debate, ha adoptado la costumbre de llevar notas impresas a las conferencias de Prensa para refutar los dichos de varios reporteros. En su más reciente aparición tuvo los arrestos de generalizar a la prensa y, con base en un estudio hasta cierto punto ligero, veladamente llamó mentirosos a los involucrados en las noticias de este país. Pero lo grave no sólo es eso, sino que se tomó esta atribución sin contemplar a su directiva, por lo que ya recibió una reprimenda por parte de la propia institución, y no me parece que sea una de las cosas favoritas del Portugués.

Sin presión, pero… con presión

Aunque la alta esfera directiva y Técnica de la máquina se ha encargado de decir en cada oportunidad que no hay presión y que el proyecto de Pedro Caixinha continuará hasta final de temporada, la aparente realidad es otra, al menos en el tema de la presión. No sólo el estratega ha ido modificando su carácter y el tono de sus respuestas a los cuestionamientos de la prensa, también es notoria su desesperación durante sus partidos ya que parece haber perdido la brújula del equipo, no encuentra soluciones a los problemas que el juego le plantea y todo termina por convertirse en un círculo vicioso.

Por otro lado, si Ricardo Peláez reconoce la búsqueda de opciones “B”, “C”, etc., se debe justo a esta presión, pues el crédito se le está acabando al actual proyecto, y aunque se manejan nombres de posibles sustitutos, en calidad de rumores, si algo hemos aprendido de nuestra liga es que “cuando el río suena es porque agua lleva”.

La eliminación de Copa seguramente añadió “una gota al vaso” que está muy cerca de llenarse, así como lo hizo el no poder ganar ante el peor equipo del torneo y además haber recibido su primer gol de la temporada.

Último centro al área

El panorama podría complicarse aún más si no logra triunfos en sus próximos encuentros, primero recibiendo a Necaxa que ha sido un buen equipo pero que ha perdido un poco de gas, y después dos encuentros que podrían componer el rumbo, visitando a Atlas y recibiendo a Pachuca. De no lograr una mejoría, Monterrey, América y Pumas serían los posibles encargados de hacer rodar la cabeza del Técnico Europeo con un encuentro en medio recibiendo a Querétaro.

Sin duda la máquina Celeste habrá de jugarse el todo por el todo en las siguientes dos jornadas, si en realidad hay apoyo a su técnico, y después buscar mantener un paso positivo porque, digan lo que digan, la paciencia se está agotando.

Los Cementeros, todo el fut nacional y mucho más lo sigues encontrando en Deportivista MX y a mi en @zonadefucho en Twitter donde te espero con todos tus comentarios.