En esta primera parte, uno de los talentos mexicanos más prometedores en el fútbol nos habla sobre su historia y como es jugar en Europa.

Es claro que en México contamos con talento juvenil en el fútbol, jugadores que, sin tener los reflectores de algunos otros, han logrado destacar, manteniendo sus sueños a flote, a pesar de todas las adversidades que inundan el lado oscuro del balompié nacional.

Tal es el caso de Joao Maleck Robles, delantero mexicano que encontró el amor al balón desde niño y quien, desde entonces, ha mantenido sus objetivos claros.

Arropado por el cariño de su familia, acompañándolo en la búsqueda de concretar un sueño. La humildad es uno de los valores que se pueden percibir al llegar a su hogar.

En sus inicios dentro del balompié profesional, el primero que confió en su talento fue alguien muy cercano a uno de los más recientes ídolos en el Guadalajara.

“Inicié desde muy pequeñito a jugar, tenía dos años o tres y jugaba aquí en la cochera con la pelota, todos los vecinos se acuerdan. Yo empecé a jugar desde los cuatro años, pero ya llegó una etapa en donde me tocó conocer al hermano de Adolfo «Bofo» Bautista, que la verdad me ayudó muchísimo, me ayudó a explotar el talento que tenía y a partir de ahí decidí que me quería dedicar a esto”.

Joao, quien también cuenta con nacionalidad francesa, pasó por varios clubes, en los que destaca Chivas, terminó buscando diferentes opciones, encontrando en Santos Laguna su oportunidad, la cual aprovechó al máximo, exhibiendo su calidad y llenando el ojo de equipos europeos.

“Empecé primero en Delfines, de ahí me fui al equipo del hermano del «Bofo», donde empecé profesionalmente fue en Chivas que estuve dos años ahí, después tuve un paso en Toluca, en la filial del equipo, después fui a la tercera de Marco, ahí ya era profesional, jugaba como menor, después vino Santos y estuve un año en la 17, salimos campeones, gracias a Dios pude ir a selección, que me empecé dar a conocer más y pues vino el Porto el año pasado y ahorita el Sevilla.

¿Por qué no seguir en Chivas?

No sé, estuve dos años ahí, pero a lo mejor unas cuestiones de un entrenador en ese tiempo o algo no me pude quedar, pero ahí se me abrió la oportunidad de ir a Santos”.

A pesar de su corta edad, aunado al tiempo que lleva en Europa, su opinión sobre regresar a México tras militar en el viejo continente es clara.

“Para mí no, inclusive la otra vez estaba leyendo eso, que venir a México no es un retroceso, es una buena liga, a mí me gustaría que hubiera más mexicanos ahí que tienen una oportunidad de quedarse más tiempo allá, pero yo no lo veo como un retroceso”.

Emigrar a Europa conlleva mucha responsabilidad y riesgo, por el proceso de adaptación a un sistema diferente con el cual se trabaja en México, sin embargo, hay algunos clubes que ya implementan métodos similares, lo cual ayudó a Maleck a no complicarse más de la cuenta en su llegada.

“Sin duda. Santos trabaja muy parecido a equipos de Europa, antes de que me fuera me habían dicho que me iba a adaptar rápido, porque Santos, Pachuca, esos equipos tienen la ideología de allá, pero allá el fútbol es mucho más intenso, más rápido, más físico y sin duda la alimentación y todo nos cuida muchísimo”.

En México, las categorías inferiores de todos los clubes generan competencia en su mayoría con jugadores mexicanos. La diversidad en nacionalidades es muy escasa, lo que no amplia el panorama de evolución para los jóvenes, mientras que en Europa es diferente, la exigencia es mayor.

“Allá el nivel de las inferiores es mucho más fuerte que aquí porque te exigen más como extranjero, tú tienes que hacer las cosas mejor que, por ejemplo, en Portugal debes hacer las cosas mejor que los portugueses. A donde vayas te exigen aún más y la oportunidad de jugar contra gente de todo el mundo, los mejores se van para allá y la verdad que está más fuerte”.