Por: Eduardo Aguilar

Algunos esperaban que, un club histórico pero no del todo ganador, se perfilara como un nuevo contendiente serio para ganar Premier League y demás contiendas : el Tottenham. Este club, fundado en 1882, a lo largo de toda su historia acumula tan solo 28 títulos, incluso Pep Guardiola tiene más, pues posee 29 trofeos como director técnico.

La ilusión nunca muere, un aficionado siempre soñará con que su club sea campeón, sin importar que rivales tengan de frente, así son los Spurs, siempre valientes. Sin embargo, esa esperanza verdadera comienza a gestarse cuando sus actuaciones los posicionan en los primeros puestos de la Premier: cuarto lugar en 2011 y por encima de los Manchester en 2015; de  hecho, todos creíamos que en la temporada 2016-2017 podrían salir triunfantes, pero terminaron cediendo la competencia al Chelsea de Conte.

Todo este sueño se refrescó cuando llegaron a la Final de la Champions League, luego de eliminar a un Manchester  City que perfilaba como favorito, y a un Ajax demoledor. Perdieron frente al Liverpool la oportunidad de su historia: por fin proclamarse como un cuadro a temer en toda Europa.

Hoy,  tristemente su realidad es otra, en lugar de ser ese contrincante a vencer como lo es el Liverpool, son solo club más, buena nómina, buen técnico, bueno a medias. Eliminados de la Carabao Cup en el primer juego contra el Colchester United (de cuarta división inglesa); séptimos en la clasificación de la Premier; eliminados de la FA Cup a manos del modesto Norwich City; derrotados 1 a 0 en la ida de los cuartos de final de la Champions por el Leipzig. Sus eternas ganas difícilmente reviertan el panorama.

Aunque sí, tiene buenos futbolistas como el extremo surcoreano Heung Ming Son o el artillero inglés Harley Kane, el funcionamiento en conjunto aún no demuestra argumentos para temer a esta plantilla, que bien es al menos una de las 

Si bien el trabajo de Mourinho aún es prematuro para juzgarlo, no ha sabido explotar todas las habilidades de su cuadro. Lo Celso debería asumir un papel más protagónico,  y poder jugar con libertad en lugar de fijarlo junto al medio de contención; tanto Lucas Moura como Steven Bergwijn deben estar pegados al costado, sin embargo tienden a interiorizarse ante la falta de volantes que distribuyan la pelota con fluidez.

De lo poco rescatable que se ha visto de estos Spurs son los valores, tal como demostró Eric Dier, segundo capitán, al defender a Gedson Fernández y su hermano luego de que un hombre en la tribuna los ofendiera al término del juego contra Norwich. 

Quizá esta tampoco sea la temporada en la que rompan su sequía de títulos (el último fue la Carling Cup 2007-2008), pero como bien dice su lema: Audere est facere, (Atreverse es lograrlo); porque si algo han demostrado es que no se intimidan, pueden competir de tú a tú con quien sea, solo hace falta un poco más de trabajo. 

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