El Chelsea es uno de los clubes más importantes en Inglaterra y desde la llegada de Román Abramóvich en 2003 el Chelsea se ha caracterizado por ser uno de los clubes que más dinero invierten en su plantilla, así como también en la parte de los directores técnicos.

Desde la llegada de Maurizio Sarri a los «Blues» el equipo se ha visto con un juego posicional que prometía mucho a principios de la temporada inglesa. Pero los problemas se empezaron a suscitar los problemas sobre todo en el último cuarto de la cancha de cara al arco rival.

Al no encontrar en Olivier Giroud y en Álvaro Morata (ahora jugador del Atlético de Madrid) un «9» con la capacidad para finalizar las jugadas que le hacían llegar por los costados William y Pedro, decidió por sentar a los dos centrodelanteros y optar por utilizar a Eden Hazard como un falso 9 para seguir generando ventajas para sus compañeros ahora en el centro del campo.

Con David Luiz en la saga central el equipo de Sarri podía tener transiciones defensa-ataque entre lejanos y así poner a competir a sus jugadores. Al ver que ese estilo de juego no le funcionaba optó por un juego más interno con Jorginho por el centro y Kanté y Barkley como interiores.

Sin duda el equipo de Sarri tiene mucho que trabajar para volver a estar en los primeros planos de la Premier League. Si en vez de estar elogiando al Manchester City de Pep Guardiola y optara por mejorar el esquema de juego de sus dirigidos, otra cosa sería para Sarri y para el Chelsea qué, hasta el momento, ha dejado mucho que desear con el rendimiento mostrado en las últimas semanas.